Por Dr. Franklin
Vásquez
En los últimos meses, se observa un activismo inusual de los
intermediarios financieros por captar clientes con ofertas realmente tentadoras
en términos de tasas de interés. En efecto, los Banco Comerciales han irrumpido
el mercado de crédito de las micro y
pequeñas empresas del país, el cual comúnmente había sido atendido por
entidades especializadas en este tipo de agente de la economía. Al parecer, ha
llegado a la República Dominicana la democratización del crédito, lo que
significa que sectores con menos ingresos puedan tener acceso a préstamos con
tasas de interés acorde con su flujo de efectivo.
Sorprendentemente, en los actuales momentos se pueden encontrar en el
mercado de dinero tasas desde un 8.5% hasta un 16% anual para préstamos de
consumo (adquisición de vehículos, electrodomésticos y viviendas), esto a pesar
de la persistente crisis internacional y del impacto que está provocando en la
economía dominicana la aprobación y puesta en marcha de la Reforma Fiscal.
Habría que preguntarse, sin embargo, si esta democratización del crédito
alcanzará a la industria manufacturera dominicana, representada por miles de
micro, pequeñas y medianas industrias, en el entendido de que el acceso a
préstamos de este tipo de negocios es mucho más difícil que el acceso que
pueden tener el comercio o los servicios.
Por otro lado, es obvio que esta dinamización del mercado de crédito
tendrá efectos positivos en la economía, sobre todo en la inversión privada, ya
que esta es la que asegura el impulso a la expansión de los sectores
productivos, en especial a la micro, pequeñas y medianas empresas. Cuando se
analizan los datos que ofrece el Banco Central de la República Dominicana con
relación al crecimiento de la economía durante el período Enero-Septiembre de
2012, se puede observar que la Intermediación Financiera, Seguros y Actividades
Conexas creció un elevado 7.8% con referencia a igual período del año
anterior. Pero es obvio que el sector
público ha jugado su papel en esto de la expansión de la intermediación financiera
en el país, el cual explica en cierta forma el aumento de la cartera
de préstamos del
sistema financiero armonizado, la
cual presentó un aumento de un 11.2% durante el período analizado.
El anuncio de la colocación de alrededor de 10,000 millones de pesos por
parte del Gobierno para favorecer a las micro y pequeñas empresas, ha
despertado la curiosidad de los banqueros quienes, con una evidente sobre
liquidez en sus bóvedas, han empezado a ver a las MIPYMES como un nicho de
mercado con potencial de desarrollo, riesgo calculado y una demanda en
crecimiento. Contrario a lo que se pensaba de que el Estado no debía competir
en los mercados sin que causara más daño que beneficios, ahora resultado que es
el Gobierno el que está trazando las pautas en cuanto al acceso a
financiamiento a sectores comúnmente definidos como vulnerables, sin capacidad
de pago y con escasas posibilidades de superar su estado de sobrevivencia. No
se sabe cuánto permanecerá esta democratización del crédito, pero sugiero
aprovecharla mientras dure.